LAS CARTAS DE LOS MAHATMAS

Las Ediciones Adyar han publicado cartas que fueron enviadas a ciertos discípulos por los mismos Maestros ( o por algunos de sus altos chelas). Una de ellas lleva el minero 50 y fue enviada por el Maestro Morya a S. Ramaswamier, quien la recibió hacia el 30 de septiembre de 1882. El Maestro Morya, que había aceptado a este discípulo, le transmitía algunas instrucciones que había de seguir, de las que reproducimos algunas líneas:

Todo el mundo debe saber que es mi chela y que el me ha visto en Sikkim. Tendrá constantemente a Upasika al corriente de sus movimientos y acabara juntándose con el en Allahabad; a través de ella recibirá mis órdenes. Todos estos deseos y toda su voluntad sólo tendrán un objetivo: convencer al mundo de nuestra existencia.

El Maestro Serapis, Choan del cuarto departamento Es conocido por los contactos frecuentes que mantenía con el coronel Olcott, al que instruyó personalmente cuando el Maestro Morya estaba absorbido en otras ocupaciones. Se encontraran cartas muy interesantes suyas publicadas en las Lettres des Maitres de la Sagesse.(Cartas de los Maestros de la Sabiduría)

[... ] en donde el aparece como un Maestro que tiene contactos privilegiados con ciertas tradiciones occidentales. Estuvo especialmente en relación, bajo diferentes nombres, con la logia secreta de Egipto y, de ahí, el apodo de «El Egipcio». Es un hierofante particular de la Orden de la Rosacruz, de la que es un responsable eminente.

Durante su estancia en América, por orden de los Maestros, H. P. B estuvo en comunicación con la Logia de los Hermanos Egipcios, cuyo jefe era el Maestro Serapis Bey. También mencionó a otro adepto llamado Tuitit Bey. Estos adeptos pertenecían a la fraternidad de Luxor, por el hecho de haberse instalado en esta región.

Todos los grandes movimientos artísticos del mundo, ya se trate de la pintura, de la música, de la opera o de todas las demás expresiones del arte, reciben de el una influencia excepcional y un poderoso impulso. El Maestro D. K. escribe:

En este momento consagra la mayor parte de su tiempo y de su atención al trabajo de los Devas o de los Ángeles, y a su evolución, hasta que, por su acción, sea posible para el mundo y en un futuro inmediato recibir una gran revelación en el campo de la música y de la pintura.

Fue ayudado por un Maestro del mismo departamento, el Maestro P., de origen irlandés, y que trabaja especialmente en América del Norte.

El Maestro Serapis es alto y de tez blanca; es griego de origen; es un ser de una gran nobleza y de aspecto ascético.